Este primer
amor sutil se espanta
cuando por un agosto, tibia luna
en lirios de fortuna,
con un dulce jilguero que nos canta
y la noche abrillanta.
Suave verde almohada de alborada
que se
adormece junto al azul cielo,
en tus brazos, anhelo
de quedar encerrada
sobre el pecho cansado. ¡Oh mi consuelo!
Refleja en la mirada
el silencio de espada
que guarda entre sus aguas el riachuelo.
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